La lumbalgia es aquel dolor presente en la zona baja de la espalda o zona lumbar, y es un problema común para muchas personas. De hecho, es uno de los problemas médicos más comunes y afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento su vida, de las cuales el 40% padecerán dolor crónico o ciática como a mínimo durante los 6 meses posteriores a la instauración de la lumbalgia. Es actualmente la primera causa de baja laboral y también la primera de consulta en la clínica osteopática.
Puede durar des de unos pocos días y semanas hasta los 3 meses (lumbalgia aguda), o alargarse mas tiempo (lumbalgia crónica). Al mismo tiempo también se clasifican en dos tipos: las orgánicas o inflamatorias, producidas por una enfermedad o trastorno orgánico, y las funcionales o mecánicas, donde el osteópata resuelve el bloqueo o trastorno que provoca el orígen del desequilibrio que desencadena el dolor. Estas últimas representan el 90% de las lumbalgias.
El hecho causante no es solo uno, sinó que generalmente es por la acumulación de diferentes situaciones, como por ejemplo levantar pesos de forma incorrecta, exceso de trabajo y estrés, tener una lesión o accidente, estar sentado en una mala posición mucho tiempo, tener una hernia discal, o simplemente hacer un mal gesto.
Asimismo, los factores que más aumentan el riesgo de sufrir lumbalgia son: tener mas de 30 años, el sobrepeso, mujeres embarazadas, falta de ejercicio, estrés o depresión, un trabajo en el que se levanten pesos y fumadores.
La sintomatología que presenta una persona con lumbalgia, será dolor en la zona lumbar, dificultad o incluso impedimento para hacer según que gesto, y en caso de que haya afectación del nervio o radiculopatía, debilidad y sensación de hormigueo que irradia por la pierna (ciática).
El tratamiento osteopático consistirá, en técnicas manuales, desbloquear aquellas zonas con restricción y falta de movilidad de la columna vertebral, relajar la musculatura y fascia afectada, y trabajar todo el paquete visceral anterior, juntamente con técnicas de movilización y flexibilización para volver a recuperar la movilidad y bajar la inflamación, ya que será el objectivo principal. Se produirá por tanto, un reequilibrio del cuerpo, teniendo en cuenta toda su globalidad, donde se busca y se soluciona el origen de los bloqueos y tensiones que han llevado al cuerpo a no poder adaptarse, provocando así el dolor y una postura antiálgica, afectando de esta manera a todo el sistema. Estará indicado que el osteópata recomiende la aplicación de frio o calor, dependiendo del caso, en la zona de dolor y la realización de unos ejercicios y estiramientos diarios suaves, con el objectivo de mantener y consolidar el trabajo hecho en la consulta.
La mejor elección entonces, será la prevención, donde serán de gran ayuda las visitas control con el osteópata cada cierto tiempo para poder hacer un mantenimiento y de esta manera prevenir o evitar la instauració de la lesión.
Sergi Barja